Sin saber
escribir y menos redactar, escribo esto por la sugerencia burlona de un amigo
(a la final su burla me quedo sonando como buena idea), quería que el texto
sonara de otra forma pero parece un cuento largo y malo, igual lo dejo aquí
para el que lo quiera leer que lo disfrute.
No recuerdo bien la hora en la que el bus giro por “los huesos” (calle 41) y se encontró con la “Avenida Oriental” (carrera 46), pero recuerdo el embotellamiento
tan grande que había en el puente de “San Juan” (calle 44 con carrera 46), uno de
los pocos conectores que tiene el sur con el centro de la ciudad. Después de
ver la salida del sol el bus lograba entrar al centro y ahora tiene que hacer
un giro para coger el Palo (carrera 50) nuevamente hay un trancón en esta parte
de la ciudad, después de pasarlo, y a esta altura algo cansado del viaje tan
aletargado el bus se mueve libremente una cuadra para encontrarse con Ayacucho
(calle 49).
Ayacucho una
calle principal que creo conecta una parte del Oriente de la ciudad con el Centro,
que ha estado cerrada durante muchos días por su remodelación, y que un tramo
estará cerrado del todo debido a una mente brillante que se le ocurrió implementar
un sistema de transporte llamado tranvía, esto obligó a todo el transporte público
buscar nuevas alternativas, pero como no hay muchas opciones de viaje todos
toman la misma ruta.
Saque mi reloj y vi la hora, 8:05 am estaba tarde para llegar al trabajo pero
aun podía aguantar el viaje, de repente me puse a pensar en el por qué de
tantos tacos, la primera idea que tuve fue que la culpa de todo esto lo tenía la
administración de planeación por haber decidido hacer todas las construcciones
y remodelaciones en las calles al mismo tiempo, después de un rato vi la
importancia que tenía la ausencia del tránsito para regular la situación ya que
en un carril estaban parando todos los buses indiscriminadamente y sin algún
orden, mientras que en el carril izquierdo estaban parando carros a entregar mercancía,
solo quedaba el carril del centro para “pasar tranquilamente” por esas cuadras.
Por
supuesto, el estar viajando en el carril del centro me hizo caer en cuenta que
las calles de esta ciudad son muy pequeñas como para tanto tránsito vehicular y
que planeación no había pensado en poner vías alternas a estas calles
importantes que se encontraban cerradas, 8:20 am y aun no pasaba de dos cuadras,
en el momento en que ya tenía las respuestas filosóficas más importantes del
ser, conocía el sentido de la vida y había descubierto el cálculo universal de
la edad del universo llegue a la playa (calle 52) dándome cuenta que las
direcciones en este momento ya no importaban.
Resignado
me baje a las 8:25 am bastante lejos de mi sitio de trabajo, pero no tenía 5 de
ganas de otro taco en la playa, en menos de 20 cuadras había estado en un trancón
infinito el cual diariamente me toca sufrir, y no soy solo yo, más de uno se ha
quejado por esto en diferentes partes de la ciudad.
Mientras
camino hacia mi trabajo me pregunto qué medidas alternas estará tomando el
Departamento administrativo de planeación para tomar cartas en el asunto y
mejorar la movilidad vehicular en nuestra Medellín.
Es un relato de ficción, cualquier parecido con la realidad es pura
coincidencia.